con la mirada puesta en el crepúsculo de los cielos.
Campos labrados de sueños imposibles
por los duendes del miedo.
Recelos ante el milagro de los vientos.
Con el dolor y el sabor de la azada que rompe:
terruños que se deshacen como pétalos,
arena dorada que escapa de entre tus dedos.
Semilla blanca que esparces
en el campo de los inviernos.
Y entre las sombras de la noche:
el frío sudor de los anhelos.
Si me pides un color,
te daré el blanco de la escarcha,
el del almendro en flor,
la primera nieve de enero,
y el de la cal blanca.
El de las nubes de algodónte daré el blanco de la escarcha,
el del almendro en flor,
la primera nieve de enero,
y el de la cal blanca.
pintadas con la leche y la nata,
como los rizados de la mar
¿La mar, acaso la mar es blanca?
1 comentario:
Yo quiero las nubes de algodón. Excelente poema.
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